
Un predicador estadounidense arrestado en Canterbury mientras predicaba durante el Orgullo Gay ha pedido a los cristianos que "no retrocedan ni se inclinen" ante el movimiento LGBT. Su Biblia fue confiscada como "exhibición".
Ryan Schiavo es un predicador estadounidense que suele pasar la mitad del año en el Reino Unido. El 10 de junio se desplazó a Canterbury para, como hace con mucha asiduidad, predicar la Palabra de Dios en las calles de la ciudad británica. Es cuando llega allí que se da cuenta de que el mismo día se está celebrando una Marcha del Orgullo LGBT.
Luego comienza a predicar sobre un pasaje de la carta de San Pablo Apóstol a los Romanos (1 18-32) sobre la ira de Dios especialmente contra las personas en relaciones homosexuales. Entonces comienza a formarse una multitud a su alrededor con, según él, dos personas particularmente difíciles. Rápidamente, estas dos personas lo rodean y comienzan a insultarlo y encubrir sus palabras.
Rápidamente, los policías acuden a pedirle que deje de predicar "de una manera bastante agresiva". Cuando un oficial le pregunta si tiene la intención de ir a otro lugar y detenerse, Ryan Schiavo responde:
"No sé si me detendré pero hay que correr la Palabra"
Una respuesta que molestó mucho a los oficiales, tal y como explica en una entrevista con el Christain Post publicada el 26 de junio.
Después de este episodio, Ryan finalmente fue esposado y llevado a la estación por haber "difundido un discurso de odio en la vía pública". Será liberado a la mañana siguiente pero sin su Biblia, su megáfono y sus tratados bíblicos, guardados como "pruebas para la investigación". Lo que sorprende mucho a Ryan:
"Le mégaphone est évidemment neutre, la Bible n'a aucune note ou papier et est en tout point identique à la Bible qui se trouvait dans ma cellule. J'ai pu lire les mêmes versets en cellule que ceux qui m'ont valu d 'ser detenido".
Lejos de desanimarse por este episodio, Ryan concluye por el contrario, que debemos continuar incansablemente anunciando la Palabra de Dios, sin importar las consecuencias:
“Y los cristianos deben estar preparados para sufrir incluso si eso significa perder su trabajo, perder amigos, familiares que no los entienden o incluso si son encarcelados, golpeados o asesinados, etc. Porque, en última instancia, nuestra primera responsabilidad es con el Señor Jesús y la verdad. , no para nuestra propia satisfacción y comodidad".
Herveline Urcun
Crédito de la imagen: Shutterstock / Michalakis Ppalis