
La ONG Comité Internacional de Rescate (IRC) se mostró alarmada este jueves por la “gravísima” situación humanitaria en Níger y más ampliamente en el Sahel, en particular por el deterioro de la seguridad provocado por los grupos yihadistas.
"He venido a dar la voz de alarma, a alertar a la comunidad internacional sobre la situación en el Sahel, sobre la cantidad de personas que se ven afectadas por la combinación de conflictos y los efectos del cambio climático", dijo este jueves AFP Harlem Désir , Vicepresidente Europa del IRC.
Llegado a principios de semana a Níger, el exministro francés visitó sitios para personas desplazadas en Ouallam, en el oeste de Níger, cerca de la frontera con Malí, donde los residentes huyeron de la violencia de los grupos yihadistas.
“La situación es muy grave en Níger y extremadamente grave en Burkina”, otro país víctima de la violencia yihadista.
Níger tiene más de 660.000 desplazados o refugiados, debido a los conflictos en la región, ataques de grupos armados y también las consecuencias del cambio climático, explicó Harlem Désir.
La inseguridad alimentaria allí "afecta a 4,4 millones de personas" y "los casos de desnutrición aguda entre niños menores de cinco años se han vuelto dramáticos", señaló.
Lamentó que sólo el 43% de las necesidades de financiación humanitaria estén disponibles para este pobre país, un déficit "de más de 317 millones de dólares".
Además, los ataques de los grupos armados "dificultan el acceso humanitario", denunció.
Níger se enfrenta a la violencia yihadista en varias partes de su territorio, en el oeste cerca de Burkina y Malí, en el sureste cerca de Nigeria y el lago Chad en particular.
En Burkina, una gran parte de los 2 millones de desplazados, "están en ciudades sitiadas" o "bajo bloqueo" de los yihadistas, y "ya no tienen acceso a alimentos, agua y medicinas", señaló también Desir.
El Sahel "no debe convertirse en una crisis olvidada", concluyó, invitando a la comunidad internacional a "responder" en particular con una "financiación" adecuada.
Níger, donde las graves inundaciones han causado la muerte de casi 200 personas desde junio, sufre una grave crisis alimentaria, reforzada por la violencia yihadista que ha impedido que los agricultores cultiven sus campos.
Según la ONU, la tasa de desnutrición aguda entre los niños podría alcanzar el 12,5 % este año, superando el umbral de emergencia del 10 % fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Consejo Editorial (con AFP)