Entre Níger y Burkina Faso, los cristianos sufren la violencia de los yihadistas, pero sus iglesias siguen llenas

“Vivimos con temor en el estómago, pero avanzamos juntos con Cristo que nos da su palabra que nos consuela cada día. A pesar de la situación, nuestra fe va en aumento, nuestras iglesias están llenas todos los domingos para la oración”.
En la frontera entre Níger y Burkina Faso, los cristianos viven en zonas muy afectadas por el yihadismo islámico. Pero catequistas de Makalondi, Bomoanga, Kankani y Torodi enviaron alAgencia Fides una conmovedora declaración de fe.
“Hemos venido a anunciarles que tenemos alegría en el corazón a pesar de la situación de seguridad que se vive en la zona, todavía tenemos fe en Jesucristo”, dicen.
Porque a pesar del miedo, la violencia y la muerte, su fe aumenta y las iglesias se llenan.
“Tenemos familiares detenidos, asesinados o secuestrados en momentos de oración, pero Jesús nos da palabras que nos consuelan. Vivimos con miedo en el estómago, pero seguimos adelante junto a Cristo que nos da su palabra que nos consuela cada día. la situación, nuestra fe va en aumento, nuestras iglesias están llenas todos los domingos para la oración. Sea cual sea la situación, seguimos orando siempre en la capilla como en la familia según las realidades de cada entorno".
“Seguimos anunciando la buena nueva, con la fe de que el mismo Jesús nos dejó sin desanimarse a pesar de la situación que vivimos cada día”, continúan, antes de dar los motivos de su alegría.
“Tenemos el gozo de escuchar cada día la palabra de Dios que nos da consejos para superar la situación de seguridad en nuestros diferentes ambientes, tenemos el gozo de ser cristianos que el mismo Jesús ha preparado para estar preparados para todas las situaciones que nos acontecen. en su nombre, él está con nosotros durante toda nuestra vida".
Los catequistas incluso escriben bienaventuranzas.
"Bienaventurados todos los que viven en zonas donde la paz está totalmente ausente y que no pueden llevar la buena noticia a los pobres. Bienaventurados los que están aislados por la inseguridad en la zona y que no tienen más para comer ni situación aceptable. Bienaventurados aquellos cuyo sacerdote ha sido secuestrado y que siguen orando. Bienaventurados aquellos que ya no tienen medios de transporte, ni red para comunicarse, pero que siguen anunciando la buena noticia".
MC