Fin de la vida: “afirmando el valor de cada vida humana” los evangélicos de Francia “denuncian cualquier acto que dé muerte”

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En un comunicado de prensa publicado el miércoles, los protestantes evangélicos en Francia se han posicionado en contra del establecimiento de la asistencia activa al morir. Invitan a los funcionarios electos del país a "elegir la vida y no la muerte" al "reafirmar el derecho de todos a ser ayudados para vivir y nunca morir". 

Este miércoles 4 de enero, el presidente del Consejo Nacional de Evangélicos de Francia (CNEF), Erwan Cloarec, y el capellán del CNEF ante los parlamentarios, Thierry Le Gall, se reunieron con la Ministra Delegada de la Ministra de Salud y Prevención, Agnès Firmin. -Le Bodo, para exponer su posición sobre el final de la vida.

Francamente, los evangélicos de Francia se han declarado en contra del establecimiento de la asistencia activa al morir denunciando “cualquier acto que cause la muerte”.

“Afirmando el valor absoluto de toda vida humana, los protestantes evangélicos denuncian cualquier acto que tenga como resultado la muerte, incluso en el marco de la 'asistencia activa en la muerte' al final de la vida. »

Desde las primeras líneas de Comunicado presentado a la señora Firmin-Le Bodo, se afirma claramente la posición de la CNEF. En particular, recuerdan los principios bíblicos sobre el valor de la vida humana.

“La vida de todo ser humano tiene un valor inalterable, por el hecho mismo de pertenecer a la humanidad. Todo ser humano creado y amado por Dios, su dignidad no disminuye con los años, su condición social, o el declive de sus facultades físicas y cognitivas. Desde hace varios milenios, el sexto mandamiento prohíbe explícitamente cualquier atentado contra la vida humana: 'No cometerás homicidio'. »

Cuida a los más frágiles 

“El Evangelio nos llama a amar y cuidar especialmente a los más frágiles de nuestra sociedad. Esta es también la posición de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano: todo ser humano tiene una dignidad fundamental e igual que no puede deteriorarse con la edad”, prosigue la CNEF que considera que “la humanidad de una sociedad se mide en su capacidad de amar, proteger y rodear a las personas débiles y sufrientes, más que facilitar su muerte, o inspirar el deber de morir”.

Señalan, además, que les preocupa "el efecto en la relación cuidador-paciente del hecho de que las manos que curan pueden ser las mismas que causan la muerte" considerando que "la confianza básica en el cuidador se vería seriamente quebrantada". "

Subrayando que "la Biblia invita a todos los cristianos a la compasión hacia los que sufren y al alivio de sus sufrimientos", los evangélicos alientan el desarrollo de cuidados paliativos adaptados "para un acompañamiento digno de las personas al final de la vida, cualquiera que sea su edad". . Piden al Gobierno que "ponga los medios necesarios" en este sentido "de acuerdo con los compromisos que ha asumido".

La "elección de vida"

En conclusión, la CNEF recuerda que en "una sociedad donde domina el dinero, la rentabilidad y el poder, pero donde la fraternidad disminuye", "la humanidad reside precisamente en el hecho de negarse a ceder a las presiones demográficas, cabilderas o económicas que reclaman facilitar la muerte prematura". ”.

En este contexto, la organización evangélica invita a los cargos electos “a elegir la vida y no la muerte” ya reafirmar “el derecho de toda persona a ser ayudada para vivir y nunca morir”.

Convención ciudadana sobre el final de la vida

El 13 de septiembre, el Consejo Consultivo Nacional de Ética publicó un dictamen titulado "Cuestiones éticas en situaciones de final de vida: autonomía y solidaridad" que, por primera vez, considera posible, en condiciones muy estrictas, una posible legalización de la "actividad asistencia para morir".

En el proceso, el presidente Emmanuel Macron anunció la organización de un debate ciudadano con el fin de obtener propuestas sobre el tema. El viernes 9 de diciembre comenzó este famoso acuerdo ciudadano sobre el final de la vida. Reúne a 150 franceses sorteados para estudiar la cuestión de una posible modificación de la ley Clayes-Leonnetti.

Es sobre la base de sus conclusiones que el gobierno decidirá si cambia o no la ley. Sin embargo, el presidente, que planea hacer del final de la vida la principal reforma social de su segundo mandato de cinco años, tiene cuidado de no defender una posición clara.

Camille Westphal Perrier

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