
Joseph Zen, un cardenal de 90 años, y cinco activistas a favor de la democracia de Hong Kong fueron multados el viernes por establecer indebidamente un fondo de ayuda para los manifestantes arrestados.
El cardenal Joseph Zen, uno de los prelados católicos más importantes de Asia, fue arrestado en mayo por "colusión con fuerzas extranjeras", lo que provocó la indignación internacional.
Sin embargo, en este momento no ha sido acusado de este delito que lo haría incurrir en cadena perpetua, según la ley de seguridad nacional impuesta por Beijing en 2020.
Con sus coacusados, incluida la cantante Denise Ho y la abogada Margaret Ng, solo fue juzgado esta vez por no registrar el fondo como empresa, un delito punible con una multa simple.
Todos se habían declarado inocentes y su juicio había durado dos meses ante un juez de Hong Kong. Cinco de los acusados, incluido el cardenal Zen, fueron condenados a una multa de 4.000 dólares (490 euros) y el sexto a 2.500 dólares.
El "Fondo de ayuda humanitaria 612" se creó para ayudar a los manifestantes arrestados durante las principales protestas a favor de la democracia de 2019 a financiar su defensa.
Este movimiento fue seguido por una severa toma de poder por parte de Beijing. La mayoría de las figuras a favor de la democracia de Hong Kong están ahora en la cárcel o han huido al extranjero.
La jueza Ada Yim dictaminó el viernes en su veredicto que el fondo de ayuda estaba sujeto al requisito de registro, porque no era, según ella, una organización benéfica sino una empresa cuya actividad "podría afectar el orden público, la paz y la seguridad nacional".
La fiscalía afirmó durante el juicio que el fondo había recaudado 270 millones de dólares de Hong Kong (33 millones de euros) de unos 103.000 donantes, algunos de los cuales se habían gastado "en actividades políticas y eventos benéficos no políticos", como donaciones a pro en el extranjero. -grupos de democracia y activistas.
La defensa argumentó que el fondo era “simplemente un nombre dado a una suma de dinero” y que los acusados no formaban una “sociedad”. También cuestionó la constitucionalidad de la ley de 1911 en virtud de la cual se procesaba a los acusados.
“La criminalización de la falta de registro es sin duda una restricción de libertades importantes para la sociedad civil”, había alegado la abogada defensora Gladys Li.
El Consejo Editorial (con AFP)