
En un testimonio conmovedor, Ifran James, un cristiano perseguido en Pakistán, revela cómo su fe inquebrantable lo guió a través de pruebas desgarradoras y lo impulsó a continuar su misión a pesar de los desafíos.
Ifran James, un paquistaní nacido en la persecución y criado en una familia cristiana, ha soportado una serie de tragedias y adversidades que podrían haber quebrantado cualquier espíritu. Sin embargo, su fe le ofreció una resiliencia extraordinaria y una determinación para servir a su misión divina. Su historia, publicada en el sitio web de Alivio cristiano mundial, es un recordatorio de que la fe puede ser una fuente de fortaleza en los momentos más oscuros.
Abandonado por sus padres biológicos desde su más tierna infancia, Ifran creció en el calor de una amorosa familia cristiana. Sin embargo, las heridas del abandono y las luchas con sentimientos de inutilidad y rechazo lo acosaron. Pero a la edad de 14 años, un evento dramático cambió el curso de su vida.
Mientras sostenía un arma cargada en su cabeza, listo para terminar con todo, Ifran escuchó una voz penetrante que resonó a través de su alma:
"¡Detente! Te elegí para salvar a las naciones".
Este encuentro milagroso con Cristo marcó el comienzo de su verdadera transformación espiritual.
Con el tiempo, Ifran siguió su camino con determinación, estudiando teología, casándose con una mujer que compartía su fe y celo misionero, y convirtiéndose en pastor. Sin embargo, los desafíos estaban lejos de terminar. Durante un viaje misionero, él y un anfitrión local fueron víctimas de un engaño clandestino, lo que provocó un ataque brutal por parte de los radicales. Esta terrible experiencia llevó a Ifran a reubicar a su familia por su seguridad.
Desafortunadamente, las persecuciones no han cesado. Mientras Ifran estaba fuera, su esposa e hijos fueron atacados violentamente a causa de su fe. A pesar de estos tiempos oscuros, la familia se fortaleció con las Escrituras, especialmente con Filipenses 1:12, que les ayudó a encontrar sentido a su persecución.
A pesar de haber estado encarcelado durante un período de seis meses debido a que difundió el evangelio y distribuyó literatura cristiana, la fe inquebrantable de Ifran se mantuvo constante. Hoy continúa difundiendo el amor y la esperanza de Cristo bautizando a nuevos creyentes y compartiendo el evangelio con perseverancia.
Ifran James declara con inquebrantable convicción:
"Dios nos llama a cada uno de nosotros. Él revela sus planes en el momento adecuado. Debemos escuchar y comprender nuestro llamado. En Cristo, todos nacimos misioneros".
Salma El Monser