
El gobierno de Kenia ha anunciado su intención de convertir el bosque de Shakahola en un "lugar de la memoria", dedicado a las más de 250 personas encontradas muertas hasta el momento en este sitio donde se reunían los seguidores de una secta evangélica que aboga por el ayuno extremo.
El hallazgo de fosas comunes durante casi dos meses en esta zona boscosa de la costa de Kenia, cerca de la localidad de Malindi, ha sacudido a Kenia, un país muy religioso del este de África.
La policía cree que la mayoría de los cuerpos exhumados son los de seguidores de la secta de Paul Nthenge Mackenzie, un pastor autoproclamado de la Iglesia Good News International y que abogaba por el ayuno hasta la muerte para "conocer a Jesús". Está siendo procesado por "terrorismo".
"El bosque de Shakahola... donde se cometieron delitos graves no permanecerá como estaba", dijo el martes el ministro del Interior, Kithure Kindiki, en un comunicado.
"El gobierno lo convertirá en un monumento nacional, un lugar de recuerdo para que los kenianos y el mundo recuerden lo que sucedió aquí", agregó.
Los investigadores exhumaron nueve cuerpos nuevos el martes, elevando a 251 el número de muertos aún tentativo de lo que se ha denominado la "Masacre del bosque de Shakahola". Un total de 95 personas también han sido rescatadas hasta ahora en el bosque, según la policía.
Kindiki dijo que las investigaciones se han extendido más allá de las 325 hectáreas originales a un área que ahora cubre casi 15.000 hectáreas.
Las autopsias realizadas revelaron que la mayoría de las víctimas morían de hambre, probablemente después de haber seguido los sermones de Paul Nthenge Mackenzie.
Sin embargo, algunas víctimas, incluidos niños, fueron estranguladas, golpeadas o asfixiadas, según estas autopsias.
El ex taxista que creó su "iglesia" y se proclamó pastor, Paul Nthenge Mackenzie, de 50 años, está siendo procesado por "terrorismo". Está detenido desde que se entregó a la policía el 14 de abril, tras la primera intervención policial en el bosque.
Al menos 35 personas sospechosas de estar involucradas han sido arrestadas, dijo la policía.
Esta masacre causó gran revuelo en Kenia y puso a las autoridades bajo el fuego de las críticas por no haber impedido las acciones del pastor Mackenzie, arrestado varias veces por sus sermones extremos.
También reavivó el debate sobre la supervisión del culto en este país mayoritariamente cristiano que cuenta con 4.000 "iglesias", según cifras oficiales.
El presidente William Ruto ha establecido un grupo de trabajo para "revisar el marco legal y regulatorio que rige a las organizaciones religiosas".
El Consejo Editorial (con AFP)