
Francia y gran parte de Europa occidental están experimentando actualmente una grave sequía. Más allá de las disputas sobre el impacto de la actividad humana en el calentamiento global y las respuestas políticas que se deben dar, la historia de las civilizaciones desaparecidas es rica en lecciones. Un equipo multidisciplinar de científicos acaba de publicar sus conclusiones tras analizar los restos de Mayapán, la capital política de los mayas del periodo posclásico. La era posclásica ofrece la ventaja de estar más cerca en el tiempo y los descubrimientos realizados por los científicos (ver el estudio publicado por Nature en enlace) confirman los testimonios que recogieron los españoles durante su conquista de México en el siglo XVI.
Mayapán fue el centro de una poderosa confederación al norte de la península de Yucatán desde 1100 hasta su caída. El final del período Clásico, la Edad de Oro maya, alrededor del año 1000 es un tema de controversia entre los arqueólogos. Pero el motivo de su repentino abandono, poco después de 1450, parece ser la consecuencia de un largo y catastrófico período de sequía. El hecho es que este abandono desplazó el centro de gravedad de la civilización maya hacia el norte, más cerca del mar.Los recursos marítimos compensaron en parte una menor cosecha de maíz, alimento clave en la región. Los arqueólogos relacionan la falta de lluvia con una sangrienta guerra civil que precipitó la caída de la civilización maya.
Esta historia no es solo una advertencia, también muestra que las sociedades humanas muestran una gran capacidad de adaptación. No faltan los anales y calendarios mayas que hablan de la caída de la gran ciudad (cuya población se estimaba en 20000 habitantes en su apogeo). Numerosos documentos han sido guardados y estudiados por religiosos españoles (por ejemplo, el P. Diego de Landa). Las crisis políticas sucesivas se narran en cada generación comenzando con un período de "guerra y terror" a principios del siglo XIV.º siglo entre grandes familias gobernantes, seguida de la represión contra el clan rebelde, el éxodo de la población y la descentralización de las decisiones para acabar con la masacre de la dinastía gobernante hacia 1450 y el abandono de la ciudad poco después. Las excavaciones han descubierto fosas comunes que prueban varias masacres que no fueron sacrificios rituales. Los cuerpos eran a veces desmembrados, demostrando un deseo de aniquilamiento, mientras que las sociedades mayas eran tradicionalmente muy codificadas y respetuosas del orden establecido. Si bien las guerras contra ciudades rivales eran comunes, los conflictos internos eran más raros. El análisis comparativo de huesos datados en diferentes épocas y de sus sitios de enterramiento nos permite decir que las muertes por guerras civiles representaron menos del 6% en promedio de las muertes durante el período de prosperidad de Mayapán hasta 1250 mientras que las guerras externas causaron cerca del 25% % de muertes. Un siglo después, hacia 1350, los conflictos internos causaron casi el 15% de las muertes. Unas décadas más tarde, alrededor de 1400, las revueltas internas y los disturbios en Mayapán provocaron la muerte de casi el 53% de la población... Las fosas más recientes contienen los restos del clan gobernante. Son poco profundos y hay cerámica rota que representa deidades. Esta profanación es llamativa en una sociedad maya donde la política y la religión estaban íntimamente ligadas...
Si los anales mayas registran la hambruna producto de la falta de lluvia necesaria para el cultivo del maíz, los científicos han buscado pruebas utilizando las más modernas tecnologías. Las concreciones de las cuevas constituyen verdaderos archivos paleoambientales. Sin embargo, el análisis de isótopos estables de oxígeno en los espeleotemas (nombre científico de las concreciones minerales parecidas a estalactitas) que salpican una cueva, y el estudio de la salinidad del agua de un pequeño lago -ambas ruinas cercanas- prueban que las lluvias fueron abundantes hasta el siglo finales del siglo XIII. Desde principios del siglo siguiente se detecta un período de sequía cuyos efectos catastróficos se hacen evidentes hacia 13. La hambruna exacerbó las tensiones políticas entre clanes rivales provocando el desprestigio de la autoridad y el abandono de la ciudad.
Los mayas de este período lograron adaptarse mostrando una notable resiliencia. Formando grupos más pequeños, se acercaron al mar para aprovechar sus recursos naturales y rutas comerciales. Pero la última confederación había caído y, a pesar de la feroz resistencia inicial, los mayas ya no tenían una estructura que les permitiera repeler al invasor. Los países “emergentes” que dependen de la agricultura intensiva en agua se enfrentan ahora a un gran riesgo político. Mayapan es una advertencia a los líderes del 2022…
Ludovico Lavaucelle
fuente: Artículo en Nature
Este artículo se publicó en Selección del día.