
El papa Francisco, hospitalizado desde el miércoles en Roma, sufre una "bronquitis infecciosa" pero está recibiendo un tratamiento antibiótico que ha permitido una "mejoría notable" de su estado de salud, informó este jueves el equipo médico del hospital Gemelli.
El Papa argentino, de 86 años, se beneficia de un "tratamiento antibiótico en infusión que ha producido los efectos esperados", dijo el personal médico en un comunicado enviado por el Vaticano, y agregó que podría recibir el alta hospitalaria "en los próximos días".
El Papa dedicó su tarde "al descanso, a la oración ya ciertas tareas", precisó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, en la misma nota de prensa.
A mediodía, el Vaticano ya había querido ser tranquilizador sobre el estado de salud del Papa y había asegurado que había vuelto al trabajo.
Jorge Bergoglio, que sufre problemas crónicos de salud y usa silla de ruedas por dolores en la rodilla, también se reunió en la mañana en la capilla del departamento privado reservado a los papas en el piso 10 del hospital universitario Gemelli.
Esta tranquilizadora noticia llega en un contexto de preocupación tras la contradictoria información destilada el miércoles por el Vaticano sobre el estado real de salud del Papa, que acaparó este jueves los titulares de la prensa internacional.
Después de mencionar "exámenes programados", el portavoz del Vaticano finalmente anunció el miércoles por la noche que padecía una "infección respiratoria" no relacionada con Covid-19. El Papa, que había tenido dificultades para respirar en los últimos días, deberá someterse a un tratamiento durante "unos días".
En Twitter, el Papa dijo el jueves "tocado por los muchos mensajes recibidos en las últimas horas", desde los de los obispos de varios países hasta el del presidente estadounidense Joe Biden. “Expreso mi agradecimiento a todos por su cercanía y sus oraciones”, escribió.
Ahora es el momento de cuestionar la participación del Papa en las celebraciones de Semana Santa y Pascua, el principal momento destacado del año en el mundo católico, sobre las que el Vaticano no se ha comunicado.
Posibles secuelas
"Espero que se recupere muy rápido y que pueda celebrar la Pascua aquí en Saint-Pierre", dijo Tina Montalbano, una guía turística italiana de 60 años que se reunió el jueves en esta plaza.
"El miedo sigue ahí, pero parece que todo está bien en este momento", agregó.
Esta repentina hospitalización tomó al mundo por sorpresa, sobre todo porque en la mañana del miércoles, Jorge Bergoglio había vuelto a participar como cada semana en la audiencia general en la Plaza de San Pedro, durante la cual apareció sonriente, saludando a los fieles desde su “papamóvil”.
François ya había estado hospitalizado durante diez días en el hospital Gemelli en julio de 2021 para una importante operación de colon. Admitió haber guardado "secuelas" de la anestesia, lo que lo llevó a descartar hasta el momento una operación de rodilla.
El dolor provocado por esta articulación, que le obligó notablemente a cancelar varias citas en 2022 y posponer un viaje a África, está en el centro de las conjeturas sobre su posible renuncia.
El jefe de la Iglesia Católica siempre ha dejado la puerta abierta a esta posibilidad. Su predecesor Benedicto XVI renunció en 2013, tomando al mundo por sorpresa.
François, por su parte, sopla caliente y frío sobre este delicado tema.
Après avoir évoqué en juillet la possibilité de se "mettre de côté", il avait jugé en février que la "démission" d'un pape ne devait "pas devenir une mode", assurant que cette hypothèse ne figurait "pas sur son agenda pour el momento".
El Papa es monitoreado constantemente por un equipo de cuidadores, tanto en el Vaticano como durante sus viajes al exterior.
Precaución tanto más necesaria cuanto que tiene un amplio historial médico a sus espaldas: a los 21 años estuvo a punto de morir de pleuresía y sufrió la extirpación parcial de un pulmón.
El Consejo Editorial (con AFP)