La enseñanza de la religión en las escuelas laicas: ¿cuáles son los resultados?

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Este año se cumplen 20 años de “Informe Debray”, presentado en febrero de 2002 al ministro socialista de Educación Nacional, Jack Lang. Su propuesta clave fue establecer una “enseñanza de los hechos religiosos” en las escuelas públicas y laicas. Si bien la edición de 9 del dia del laicismo, volvamos a esta iniciativa que tuvo un eco importante en su tiempo.

Escrito al día siguiente de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el texto despertó el interés de la opinión pública mientras el minutos de silencio en clase, en homenaje a las víctimas del terrorismo, había dado lugar en ocasiones a polémicas y que observábamos un resurgimiento de conflictos vinculados al uso del velo islámico en clase.

La personalidad del autor, Régis Debray, ex compañero de armas del Che Guevara, prolífico escritor, alto funcionario, personalmente agnóstico pero fascinado por la cuestión de lo sagrado, contribuyó al interés suscitado por sus propuestas. No se trataba de reintroducir "Dios en la escuela" sino de estudiar, forma distanciada y crítica, las huellas materiales e inmateriales de creencias pasadas y actuales.

Formar profesores

En lugar de crear una nueva enseñanza, en un sistema educativo francés donde los programas ya eran muy pesados ​​y fragmentados, Debray abogó por un enfoque transversal. Se trataría de abordar los hechos religiosos dentro de las disciplinas que pudieran prestarle música, Artes plásticas, idiomas, francés, letras, filosofía. Esto significó modificar y hacer consistentes los programas, pero también movilizar a los docentes armándolos “intelectual y profesionalmente frente a una cuestión que siempre es delicada, porque toca la identidad más profunda de los alumnos y sus familias”.

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Debray aconsejó al Ministro de Educación que estableciera una formación inicial obligatoria, así como módulos de educación continua para profesores y personal educativo, para producir recursos educativos apropiados, y para crear un Instituto Europeo de Estudios Religiosos (IESR), adscrito a la sección de ciencias religiosas de la Escuela Práctica de Estudios Avanzados. Este instituto actuaría como interfaz entre la investigación en la ciencia de las religiones y la formación de profesores y funcionarios públicos.

Inicialmente, a pesar de un cambio de Ministro de Educación luego de las elecciones, las recomendaciones fueron parcialmente implementadas. El IESR fue creado en junio de 2002. En 2005, los hechos religiosos fueron definidos como parte del fundamento común del conocimiento. Los programas y libros de texto también se han reelaborado para desarrollar un enfoque más científico de los hechos religiosos.

Por otro lado, el formación docente sobre estos temas nunca se ha generalizado, a pesar de la introducción de módulos en ciertos institutos de formación docente, y el desarrollo, por parte del IESR (rebautizado IREL, Instituto para el Estudio de las Religiones y el Laicismo, en 2021), una oferta de cursos. Poco a poco, la movilización en torno a la enseñanza de los hechos religiosos se debilitó, mientras aparecían otras emergencias educativas: la educación para el desarrollo sostenible, el pensamiento crítico y los medios de comunicación, la igualdad de género, etc. La reorganización de los programas, juzgada demasiado pesada por los profesores, no permitió desarrollar allí el lugar de los hechos religiosos.

Responder a las nuevas generaciones

Los ataques cometidos en nombre del Islam han reactivado puntualmente, bajo los mandatos de cinco años de François Hollande y luego de Emmanuel Macron, el deseo de una implementación razonada y nacional de una política de enseñanza de los hechos religiosos. Sin embargo, no se han tomado medidas concretas, en un contexto donde se ha priorizado la transmisión de los valores de la República.

El propio Ministerio de Educación ha desalentado en ocasiones la buena voluntad, sancionando por ejemplo en 2017 a un maestro de escuela que hizo trabajar a sus alumnos sobre la Biblia por haber “incumplido su deber de neutralidad y laicismo”.

Aunque el tribunal administrativo rehabilitado el maestro, la actitud del ministerio, si bien estuvo ligada principalmente a la rigidez burocrática, pudo haber tenido un efecto inhibidor. En el campo, la enseñanza de los hechos religiosos permanece percibido como hipersensible.

A pesar de las dificultades de implementación, el informe Debray sigue siendo relevante a principios de la década de 2020. El interés de las nuevas generaciones por las creencias, su concepción más liberal del laicismo, que dibujan, según Frédéric Dabi, una brecha generacional, parecen llamar a una reinversión en la cuestión de los hechos religiosos, en el marco de los cursos de formación “Laicismo y valores de la República”.

La reflexión sobre la relación entre creencia y saber, que está en el centro del enfoque que propugna esta enseñanza, también puede ser útil en un contexto marcado por la posverdad, una configuración política y mediática en la que la credibilidad del discurso descansa menos en su adecuación con los hechos que en su correspondencia con creencias y emociones.

charles mercier, Catedrático Universitario de Historia Contemporánea, Université de Bordeaux

Este artículo ha sido publicado de nuevo. La conversación bajo licencia Creative Commons. Lee elarticulo original.

 


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