
Las monjas de la Congregación de las Misioneras de la Caridad, orden creada por santa Teresa de Calcuta (1910-1997), abandonaron este miércoles Nicaragua, una semana después de que las autoridades declararan ilegales sus operaciones, según una ONG.
El presidente Daniel “Ortega, el mismo que recibió a la Madre Teresa de Calcuta en la década de 1980, es quien expulsó a su congregación religiosa del país”, dijo este miércoles el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) en Twitter.
Según esta fuente, las quince monjas fueron expulsadas como si fueran “delincuentes”.
La congregación fue declarada ilegal la semana pasada por el Parlamento, controlado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, exguerrillero en el poder), así como por un centenar de ONG por considerar que habían infringido la ley al no comunicar por su situación económica. y por no explicar el origen de las donaciones recibidas.
Según el Ministerio del Interior, que controla a las ONG y que había exigido la cancelación de más de 700 de estas organizaciones, las Misioneras de la Caridad no estaban acreditadas para realizar acciones de asistencia social.
El Cardenal de Nicaragua y Obispo de la Arquidiócesis de Managua, Leopoldo Brenes, lamentó “profundamente” este lunes el cierre de esta fundación que brindaba “ayuda a los más necesitados”.
El diario La Prensa informó que las monjas -de varios países- salieron de Nicaragua por la frontera terrestre con Costa Rica. El gobierno no se ha pronunciado sobre el tema.
Es una nueva ilustración de las crecientes tensiones entre el gobierno de Ortega y la Iglesia Católica desde 2018, cuando varios establecimientos religiosos ofrecieron refugio a los manifestantes durante la represión de los movimientos sociales.
Fueron cruentamente reprimidos con un balance de al menos 355 muertos, 2.000 heridos, medio millar de presos y decenas de miles de exiliados, según organismos de derechos humanos.
Daniel Ortega, exguerrillero en el poder desde 2007, había atribuido estas manifestaciones a un golpe de estado fallido de la oposición con el apoyo de Estados Unidos, y había acusado a los representantes de la iglesia de ser parte de este complot.
El Nuncio Apostólico (Embajador del Vaticano) en Nicaragua Waldemar Stanislaw Sommertag fue expulsado en marzo.
El Vaticano dijo que recibió “con gran sorpresa y pesar” una notificación de que el gobierno había retirado su licencia al obispo Sommertag, “obligándolo a abandonar el país de inmediato”.
El Consejo Editorial (con AFP)