
laInternet de las Cosas (IoT), el blockchain, inteligencia artificial (IA) o el big data se han vuelto imprescindibles en nuestra sociedad. En los últimos años, las organizaciones han apoyado en gran medida este auge tecnológico llevando a cabo la transformación digital de sus actividades.
Sin embargo, la distribución masiva de estas nuevas herramientas tiene un impacto directo en nuestra huella de carbono. Por lo tanto, las organizaciones se encuentran ante un dilema: la digitalización se percibe como esencial para su supervivencia, pero parece estar en contradicción con un enfoque de sobriedad digital necesario en un momento en que los requisitos en términos de responsabilidad social corporativa (RSC) cada vez son más fuertes.
¿Cómo se resuelve este dilema en los negocios? Para averiguarlo, nos reunimos, en el contexto de una reciente trabajo de investigación, 33 personas dentro de empresas de servicios digitales (ESN). En particular, del análisis de las prácticas existentes se desprende que la conciencia sobre el impacto ambiental de las herramientas digitales sigue siendo particularmente limitada en la actualidad.
Varias percepciones
En primer lugar, notamos que el término “sobriedad digital” sigue siendo equívoco para nuestros participantes, dejando espacio para la ambigüedad. Si algunos encuestados parecen tener una visión ilustrada, para otros el concepto no evoca “por el momento no mucho”, como admite un ingeniero educativo durante una entrevista.
La diversidad de estas percepciones revela diferentes niveles de madurez de sobriedad observados en las organizaciones encuestadas. Hemos identificado cinco principales.

Primero, el nivel de refutación, lo que designa una resistencia a la sobriedad digital. Los participantes en esta situación se muestran poco convencidos por el valor del enfoque. Por el contrario, algunas empresas se caracterizan por una en acción a pesar de la conciencia de los problemas.
Los encuestados en este nivel dicen estar listos para involucrarse si el gobierno o su empresa toma medidas de incentivo a favor de la sobriedad digital. Como señaló el referente de RSE de una empresa con la que nos reunimos:
“En nuestra escala, no somos nosotros quienes podremos cambiar nada. »
Más allá de esta inacción, hay un nivel de sustitución que se distingue por una conciencia más marcada de la utilidad de la sobriedad digital. Los participantes de nuestra encuesta se caracterizan por realizar pequeñas acciones concretas, como la limpieza periódica de los buzones de correo electrónico.
Luego, a nivel deoptimización, los participantes en nuestra encuesta se comprometen activamente a moderar o incluso reducir la frecuencia de uso de las tecnologías de la información, con el objetivo de minimizar sus efectos negativos. Un consultor justifica su enfoque:
“Lo digital es un recurso no renovable y por lo tanto hay que salvarlo. […] Es una solución […] pero también es un problema si nos metemos con eso. »
Finalmente, el nivel de desadoptar o de decreciente se caracteriza por el deseo de terminar con el uso de la tecnología de la información o evitar su uso y adopción. Este enfoque radical refleja una conciencia real y una elección para reducir drásticamente la huella digital. Un responsable de RSC al que entrevistamos explica que trata de reducir la adopción de nuevas herramientas digitales en su empresa de esta forma:
“Una vez que has adoptado algo, te acostumbras y se vuelve casi imposible 'desadoptarlo'. »
¿Por qué llevar un enfoque de sobriedad digital?
Ademas de cumplir con los requisitos ambientales, la adopción de un enfoque de sobriedad digital ofrece una doble ventaja: en primer lugar, en un contexto donde el reclutamiento se vuelve cada vez más competitivo Para muchas organizaciones, la sobriedad digital es un activo importante para sus imagen de marca como empleador ; entonces, según nuestros participantes, la adopción de un enfoque de sobriedad digital genera un impacto positivo en el bienestar de los empleados, en particular a través de la reducción en la cantidad de correos electrónicos recibidos.
La sobriedad digital representa un gran desafío para catalizar el cambio ecológico y social. Sin embargo, nuestro estudio revela la resistencia de algunos individuos a los cambios necesarios que reduzcan su huella digital. Ante la urgencia ligada a la crisis climática, se hace imperativo profundizar en estos temas al interior de las organizaciones pero también en los círculos académicos que las apoyan.
Céline Perea, Profesor Asociado en Ciencias Administrativas, Universidad de Grenoble Alpes (UGA); jessica gerardo, Maestro de conferencias, Grenoble IAE Graduate School of Management et Julián de Benedittis, Profesor de Gestión de Sistemas de Información, Minas Saint-Etienne - Institut Mines-Télécom
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