La inclusión, un imperativo de ley y de espíritu

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Cuando hablamos actualmente de inclusión, nos referimos a la integración de todas las diversidades, sobre la base de diferencias de sexo, edad, orígenes étnicos, creencias religiosas, etc. Integración Prohibido por la ley.

Esto es particularmente lo que sucede en la vida económica: Negocios que quieren ser "inclusivos" siguen las tendencias actuales y las reglas. Esto, a veces de manera superficial o exclusivamente para cumplir con los estándares emergentes, sin medir cómo la noción de inclusión es absolutamente fundamental.

Lo que se demanda hoy en día, por supuesto con razón pero de manera insuficiente, es la inclusión de las personas con discapacidad, las mujeres, los jóvenes, las personas mayores, etc. Y de esta manera elinclusión y la Diversidad se abordan equivale a olvidar que la inclusión es en principio de todos y cada uno, independientemente de cualquier característica, física o psíquica (sexo, edad, color de piel, religión, orientación sexual, etc.).

En otras palabras, la verdadera inclusión consiste en el reconocimiento universal de la individualidad irreductible de cada persona. Sin que la inclusión tenga que ver con tal sexo, tal edad, tal origen étnico, tal obediencia religiosa, etc.

Entender la inclusión requiere entender cómo escucha a los unos los otros. Sin embargo, basta señalar que cuando uno ha estado saliendo con alguien durante mucho tiempo, uno cree que conoce a la persona para notar el problema. porque cuando nosotros cree conocemos a alguien, nos guste o no la persona, la mayoría de las veces ya no nos dirigimos a la persona durante los intercambios que tenemos con ella, sino la idea que hemos adquirido de experiencias pasadas que hemos tenido con ella.

De ahí vienen la mayoría de los malentendidos, porque entonces no nos escuchamos. Nosotros prejuicio lo que el otro es o quiere o hará en base al pasado. Y estamos encerrados en la idea que tenemos del otro. ya no nos escuchamos al presente.

Lo anterior tiene algunos puntos en común con la vida. politique.

Inclusión y Política

Cuando nosotros prejuicio del otro – de su identidad, sus intenciones, sus proyectos, etc. – lo encerramos en las proyecciones que tenemos y hacemos de él o ella que dependen de la passé. Uno mismo es engullido por el pasado. Entonces arrastramos al otro al agujero negro de nuestros remordimientos, nuestro resentimiento, nuestro odio, nuestros hábitos de considerar al otro “así o asá”.

El ejemplo de guerra librada por rusia contra ucrania muestra eminentemente que lo que aquí está en cuestión es lamentablemente tan válido, si no más, en política que en términos de droit y la moral individual. Para comprender cabalmente lo que está en juego con la idea de inclusión, es fundamental comprender lo que puede llamarse la “tensión” entre Derecho y Política.

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La vie politique tarde o temprano está condicionado por dos parejas de categorías: el binomio amigo/enemigo por un lado, y el binomio gobernante/gobernado por el otro. Uno de los pensadores más completos sobre este tema es el jurista alemán Carl Schmitt. Es lamentable decirlo, porque eligió el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Pero sigue siendo uno de los pensadores más importantes sobre la cuestión (ver sobre este tema la correspondencia entre Alexandre Kojève y Leo Strauss, de tiranía)

Pero si, en nuestras democracias, sabemos en principio cómo poner en juego la pareja gobernante/gobernados sobre la base de escuchar entre sí, y en particular a través del derecho de voto, es muy diferente para la pareja amigo/enemigo. Porque si no se encuentra una solución diplomática a un conflicto, lo que cuenta entonces ya no es “escuchar” al otro. Lo que importa es pelear y ganar la pelea.

Sin embargo, luchar para vencer presenta exactamente la misma característica que acabamos de ver sobre las relaciones entre personas, o entre comunidades según un pasado que –en el caso de los conflictos políticos– compromete cualquier escucha: sabemos al “otro” de antemano, lo que hará, lo que dirá, y no consideramos ningún otro posible.

La mayoría de las veces, los conflictos no sólo no encuentran una solución diplomática porque resultan de la falta de escucha, sino que la radicalizan, al reforzar la convicción de que uno conoce "de antemano" al otro, y en particular sus intenciones, sus perversiones, sus ansias de poder, etc.

Podemos llegar a decir que la vida política pasa por la institución de los enemigos públicos como tales - de chivos expiatorios. Guerras o individuos en conflicto, se desarrolla la misma lógica deletérea. Desde el punto de vista de Schmitt, lo político se deriva incluso de la institución del enemigo público como tal por la que se estructura una comunidad de amigos. La cuestión de la inclusión se convierte entonces en la de la relación entre el Derecho (a la inclusión) y la Política (de vida).

individualidad irreductible

Esta inseparabilidad entre tensiones y prejuicio hecho de que la segunda pareja en la vida política, la pareja gobernante/gobernados, se encuentra más que frecuentemente atrapada en este mismo movimiento hacia la falta de escucha, y por ende un aumento estructural de las tensiones. ¿Cuál es el punto de este comentario?

Si “Occidente” es problemático por decir lo menos –basta estar convencido de ello para pensar en los grandes acontecimientos del siglo XX–, esconde tantas maravillas. Él está en efecto en el origen de la noción de "reconocimiento universal de la individualidad irreductible" de todos y cada uno, como subrayó el filósofo Alexandre Kojève en 1947 en su Introducción a la lectura de Hegel.

En otras palabras, nos guste o no, "Occidente" es al origen del concepto contemporáneo inclusión.

Tomó siglos de conciencia y luchas políticas. para el reconocimiento, para que se haga posible el concepto de estado de derecho, que es la única forma de estado capaz de defender y tutelar jurídicamente el respeto y la dignidad de todos y cada uno, es decir la inclusión de todos y todas.

El estado de derecho es la única forma de gobierno que tiene como misión el reconocimiento universal de la individualidad irreductible de todos y cada uno, por lo tanto inclusión de todas las diversidades, los ya conocidos y los que vendrán. Es esencial, si queremos defender la inclusión de las diversidades, defender y proteger a cambio la noción del estado de derecho, es decir, la democracia.

Por tanto, es decisivo, en el plano político, defender la realidad del estado de derecho existente en el mundo, y hacer todo para multiplicarlos. Esto significa, más allá de las modas y su apropiación por el mundo social y económico, ser conscientes de las sustento político de las nociones de inclusión y diversidad.

Es esencial, si queremos preservar la posibilidad de inclusiones reales de diversidades, tener una conciencia constantemente agudizada de las condiciones políticas de su posibilidad. Y esto es fundamental: defender la posibilidad de la inclusión de las diversidades requiere una politique – es decir una lucha.

La política o Lutte pues el reconocimiento de todos y cada uno es el medio. El resultado es la inclusión de todos y cada uno en su irreductible individualidad amparada por la educación de todos y el Derecho. Debemos estar preparados y listos para defender la inclusión y por ende el Derecho –incluso, si las circunstancias lo requieren, armas en mano, como la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial.

La ley somos nosotros

Más allá de las armas y más allá de la Ley, la primera arma, la más fundamental y la más eficaz, está hecha de nuestro corazón. ella es nosotros creía todos y todos incluyendo todos. En otras palabras, que la inclusión no sea una ilusión: 1) que no se quede en letra muerta (como pueden ser algunos de los efectos de anuncio de todo tipo de organizaciones, desde empresas privadas hasta organismos públicos); 2) ni debe ser el acto exclusivo del poder público armado. Pero que sea para todos.

Si queremos que en Francia subsista la notable posibilidad del respeto de todos y de todos, no sólo debemos respetar la Derecho, si no que además el espiritu del régimen democrático por el que han luchado generaciones enteras. Y esto, día a día, en la vida más cotidiana.

Es deber de todos en la sociedad civil trabajar para salvaguardar los derechos de todos en la familia, el barrio, la empresa y el país.

En la vida.

La Ley somos nosotros, día a día.

laurent bibard, Profesor de Gestión, titular de la Cátedra Edgar Morin en Complejidad, ESSEC

Este artículo ha sido publicado de nuevo. La conversación bajo licencia Creative Commons. Lee elarticulo original.

 


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