Leer en voz alta en clase, ¿es útil?

Leer en voz alta en clase, ¿es útil?

Leer y escribir se valoran más en nuestra tradición escolar que hablar en público. En clase, ¿escuchar una lectura en voz alta, hecha por un alumno o un profesor, es una actividad aburrida y anticuada?

No siempre ha sido así: en el pasado, la oralidad era el principal registro de la comunicación científica, política y académica. Alberto Manguel recuerda que San Agustín, en el IVe siglo, le resultaba extraño que San Ambrosio se aislara en su celda para leer solo, en silencio, concentrado en el texto. Leer en voz alta y en grupos era la norma en ese momento. Este es siempre el caso en la liturgia cristiana.

Nuestro tiempo es muy diferente al de San Agustín. La tasa de alfabetización es alta en nuestras sociedades occidentales, y la información se registra principalmente por escrito, fijada en un soporte material (papel, pantalla) que puede transmitirse fácilmente.

Pero eso no quita la importancia de hablar y escuchar en la comunicación y el aprendizaje académico. La voz no es sólo un instrumento para conversar y el texto escrito también puede ayudarnos a utilizar mejor la oralidad.

Identificar las dificultades

Cuando hablamos de pedagogía y lectura en voz alta, pensamos en dictado. Si el ejercicio, para muchos, ha pasado de moda, todavía suscita debate, (muy animado en Francia).

Pero, con esta actividad, el texto se lee en voz alta solo para ser escrito, no se trata de comunicación oral en sí misma. Veamos otras formas de beneficiarse de leer y escuchar en el aula.

La oralidad tiene una serie de características discursivas únicas (sus signos lingüísticos se suceden y se perciben en interacción simultánea en el tiempo y el espacio entre el emisor y el receptor), lo que la convierte en un medio ideal de comunicación cotidiana.

Se refiere a capacidades innatas a nuestra especie humana y se manifiesta en dos ámbitos. Por un lado, los órganos de fonación (pulmones, laringe, cuerdas vocales, boca, etc.) y de la audición (oído). Por otro lado, nuestra capacidad mental para distinguir los sonidos lingüísticos y comprenderlos, dándoles significado. Estos dos aspectos se desarrollan a medida que crecemos.

Como actividad de clase, la lectura en voz alta debe ser apropiada para el nivel de desarrollo de cada estudiante. Los textos también deben ser adecuados para lograr los objetivos propuestos. Leer en voz alta nos permite identificar cualquier dificultad de aprendizaje en el niño, pero también cumple otras funciones formativas.

Fomentar los intercambios

Entre los 3 y 5 años, es el etapa logografica : Es posible que los niños no puedan decodificar letras y palabras, pero pueden "leer" imágenes.

A esta edad, el niño se ve a sí mismo como el centro de su mundo. La lectura en voz alta se convierte así en una extensión del propio deseo de expresión. Libros de gran formato (libro de fotos) y manipulación de materiales (tapas blandas, pop-ups) son ideales para este propósito.

En la escuela primaria, el niño comienza a asociar las palabras que ya sabe decir con su representación caligráfica. En este punto, leyendo en voz alta conecta los dos "mundos" que el niño comienza a explorar: oral y escrito. El uso de libros ilustrados se mantiene durante el primer ciclo y las lecturas se van complejizando gradualmente. Con el tiempo, las imágenes van dejando paso a las letras, pero siguen siendo un recurso muy potente por su carácter visual e impacto inmediato.

Roxane, ganadora del concurso ¿Si leemos en voz alta? (Francia 3 Córcega).

Esto es también cuando las estrategias lúdicas e interactivas, así como instructivas, para fomentar la lectura Los cuentos, por ejemplo, son muy útiles para trabajar diferentes habilidades. Dramatización, gestos, inflexión de la voz… El texto escrito adquiere toda su dimensión cuando se hace oral y público. Toda la clase, o incluso toda la escuela, puede formar parte de la misma comunidad de lectores-espectadores.

La lectura como actividad social.

Es obvio que leer en voz alta es un desafío para todos los estudiantes. Es un reto especialmente complejo para aquellos con dificultades de habla o lectura. Estos niños son conscientes de que existe una "barrera" que encuentran difícil de superar en la comunicación con los demás. Esta frustración debe ser manejada en clase con empatía. La lectura con errores se puede utilizar para restarles importancia frente a toda la clase.

En la adolescencia, la educación literaria se orienta a la comprensión del lenguaje literario y al aprendizaje de la historia de los autores y las obras. Pero cualquier texto escrito tiene una dimensión fónica. Esto permite trabajar la entonación y la prosodia (pausas, ritmos), o vincular la ortografía a la pronunciación. Además, hay textos relacionados exclusivamente con la comunicación oral (por ejemplo: programas de radio, debates, talk-shows…) que se pueden introducir en clase en el marco de actividades basadas en situaciones reales de comunicación. Esto abre una amplia gama de oportunidades de aprendizaje.

Así, cualquier texto puede ser un material valioso, porque nos interesa fomentar la lectura en voz alta como una actividad en sí misma. Y esto revela al aprendiz las similitudes y diferencias entre la oralidad y la escritura, en textos que son esencialmente orales y que deben producirse en este registro.

La lectura no puede quedar confinada al hogar, al aula o bibliotecas. Si excluimos la dimensión oral de la lectura, no sólo perdemos lo que fue su primera manifestación en la historia. También excluimos esta dimensión que la convierte en una actividad social.

Los textos ideales para leer en voz alta son aquellos que tienen un aspecto dramático: obras de teatro, poesía épica o historias predominantemente orientadas a la acción. Pero cualquier texto se puede reproducir en público. La palabra y el libro están por tanto destinados a encontrarse. Entonces, ¿por qué no aprovechar esta oportunidad?

Alberto Escalante Varona., Profesor Asistente Médico. Departamento de Filología Hispánica y Clásicas. Área Didáctica de la Lengua y la Literatura, universidad de la rioja

Este artículo ha sido publicado de nuevo. La conversación bajo licencia Creative Commons. Lee elarticulo original.

Crédito de la imagen: Shutterstock/Tyler Olson

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