
“Nacemos como somos y morimos como nacimos”, decía un dicho popular. En nuestra sociedad post-Covid, ¿de repente ya no seríamos capaces de amarnos a nosotros mismos como nacimos? Las máscaras han caído, pero la medicina estética ya está haciendo estragos. No sólo en el fin del mundo, sino también en Francia, donde el hecho de consumirlo se está convirtiendo en algo habitual entre los jóvenes de 18 a 35 años.
¿Deberíamos ver una nueva dictadura de apariencia? En parte. Por un lado, lejos de rebajar complejos, el teletrabajo y sus reuniones vía webcam, no ha hecho más que reforzar los complejos de algunos en cuanto a su aspecto: arrugas, párpados, labios... El más mínimo detalle del rostro puede prestarse a críticas y extremos. autocrítica. Por otro lado, los smartphones y las redes sociales han estado ahí: ya no es raro ver a jóvenes clientes acudir a consultas de medicina estética con un selfie retocado con un filtro en la mano, al que les gustaría parecerse. Lo virtual prima sobre lo real. En Instagram y Tik Tok, los influencers que utilizan la medicina estética incluso permiten que millones de "seguidores" en todo el mundo sigan una metamorfosis tan escenificada como rentable.
“Esto es lo que yo llamo la kardashianización de los jóvenes”, así testifica el doctor Anthony Youn, cirujano plástico, para France Info. Se trata de un fenómeno que se pensaba limitado a países como Brasil, donde la cirugía o la medicina estética suelen convertirse en el regalo de cumpleaños favorito de algunas jóvenes... Las cifras hablan por sí solas de la eficacia de esta verdadera evangelización de la inyección para fines estéticos: según las estadísticas del Curso de maestría internacional sobre el envejecimiento de la piel, desde 2019, las personas de 18 a 34 años se han operado más que las personas de 50 a 60 años. Más cerca de casa, el grupo Clinique des Champs-Elysées, que abrirá diez nuevas clínicas en los próximos meses, dijo al diario Le Monde que hace una docena de años, apenas el 5% de los clientes tenían menos de 35 años. Son más del 50% hoy.
¿Por qué tal cambio? Algunas operaciones de cirugía estética mayor han sido reemplazadas en parte por acciones de medicina estética mucho menos invasivas, utilizando tecnologías de alta tecnología: radiofrecuencias, peelings, inyecciones e incluso láseres. Y una vez tomado el hábito, el uso del bisturí se convierte en algo habitual, la medicina estética se convierte en la puerta de entrada a la cirugía. Sin embargo, aunque cada vez más métodos se consideran reversibles, a diferencia del Botox de antaño, los riesgos permanecen y abundan los falsos profesionales. Especialmente cuando se trata de ofrecer "simple" inyecciones para rellenar los labios o borrar algunas arrugas. Incluso el sindicato de profesionales, la SNCPRE, está dando la voz de alarma, ante una oleada de falsos médicos, “inyectores ilegales” captación de clientes en redes sociales, entre posts patrocinados e influencers pagados. Hay que decir que pueden jugar con un peligroso vacío legal: el ácido hialurónico, que se usa para inyecciones, lamentablemente se vende sin receta.
judikael hirel
fuente: Le Monde
Este artículo se publicó en Selección del día.