
Dos jesuitas fueron asesinados el lunes en México en una iglesia donde un hombre intentaba escapar de atacantes armados, dijo el martes la Compañía de Jesús, que pide a los presuntos asesinos que devuelvan los cuerpos.
El ataque tuvo lugar en las remotas montañas del estado de Chihuahua, un espectacular paisaje salpicado de profundos cañones, bastión del pueblo indígena tarahumara, en el norte del país.
Los atacantes persiguieron a un hombre, aparentemente un guía turístico, dentro de una iglesia en el pueblo de Cerocahu.
“Creemos que (…) intervinieron los dos jesuitas”, dijo el jefe de la orden jesuita en México, Luis Gerardo Moro Madrid, basándose en el testimonio de un tercer religioso presente en el lugar.
“El agresor disparó contra el hombre al que perseguía y los dos jesuitas”, agregó en una entrevista con Radio Fórmula, según la cual también resultó muerto el perseguido.
“Lo siento, nos llevaremos los cuerpos”, habría dicho el atacante, según el líder jesuita.
“Exigimos justicia y la recuperación de los cuerpos de nuestros hermanos que fueron sacados del templo por gente armada”, dijeron los jesuitas en México.
La Compañía de Jesús también pidió "medidas de protección", porque estos crímenes no son hechos "aislados", ya que "todos los días se mata arbitrariamente a hombres y mujeres".
La Conferencia Episcopal de México también condenó la "tragedia" y pidió "una rápida investigación", así como más seguridad para los religiosos del país.
Los dos jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, “llevan a cabo, desde hace más de 20 y 30 años respectivamente, una importante labor social y pastoral” en esta remota zona, aseguró la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. para México
Los dos hombres estaban especialmente comprometidos con "el fortalecimiento de la cultura de la comunidad rarámuri en todas sus dimensiones y la preservación del medio ambiente", continúa la ONU en un comunicado de prensa.
Durante su conferencia de prensa diaria, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que varios municipios de la Sierra de Chihuahua fueron víctimas de la presencia del “crimen organizado”.
“Parecería que ya tenemos información sobre los posibles responsables de este crimen”, agregó el mandatario.
Los expertos dicen que las Montañas de Chihuahua son una ruta de contrabando de drogas hacia los Estados Unidos, una ruta por la que luchan los cárteles de la droga.
Miembros de varias órdenes religiosas intentan en algunos lugares de México actuar como mediadores entre los lugareños y los asesinos -los "sicaires"- del crimen organizado.
En los estados de Michoacán (oeste) y Guerrero (sur), algunos clérigos confían en el diálogo con los narcotraficantes para pacificar estas regiones.
Treinta sacerdotes han sido asesinados en la última década en México, según la ONG Centro Católico Multimedial.
El Consejo Editorial (con AFP)