
Dos monjas de la Fraternidad Apostólica Benedictina de Nantes han decidido dejar la parroquia Sainte-Croix en el centro de la ciudad debido a la creciente inseguridad. Instalados en el barrio de Bouffay desde hace varios años, anunciaron su salida de la ciudad, cansados de una vida cotidiana que se había vuelto "extenuante".
El pasado 26 de febrero, las hermanas Marie-Anne y Agathe de la Fraternidad Apostólica Benedictina, instaladas desde hace varios años en la iglesia de Sainte-Croix, publicaron un mensaje en Facebook explicando los motivos de su partida prevista para julio.
La vida cotidiana en el distrito de Bouffay se está volviendo "cansada" debido al aumento de la violencia que presencian estas monjas. Sea de día o de noche, deben estar siempre "en alerta, preparados para reaccionar ante cualquier falta de respeto al lugar, a la gente oa la celebración que allí se desarrolla".
Las hermanas están obligadas a intervenir para arreglar ciertas situaciones, desviándose así de sus ocupaciones y de la oración, centro de su vocación benedictina.
“Durante el día, a veces tenemos que intervenir en la iglesia por situaciones de desbordamiento o violencia. Es, la mayoría de las veces, el hecho de personas con malestar psíquico o bajo los efectos de estupefacientes o alcohol, o todo eso a la vez”.
Antes de tomar la decisión de marcharse de Nantes, intentaron buscar soluciones. Con la ayuda del padre Sébastien y del padre Loïc en particular, colaboraron con el municipio evocando a los mediadores de la calle, a la policía o incluso a la ambulancia, "lo intentaron todo". A raíz de esta observación, les pareció difícil vislumbrar el futuro "en este clima de inseguridad".
En julio, las dos hermanas irán a Champaña al monasterio de Saint-Thierry. Se sienten "tranquilos" con esta decisión, a pesar del dolor de dejar Nantes y "todos estos lazos de hermandad tejidos con el tiempo".
Melanie Boukorras