
La esclavitud moderna ha progresado en todo el mundo en los últimos años, impulsada en particular por la pandemia, con casi 50 millones de personas obligadas a trabajar o casarse el año pasado, dijo el lunes la ONU.
La ONU quiere erradicar este flagelo para 2030, pero el año pasado se encontraban en situación de esclavitud moderna 10 millones de personas más que las estimaciones globales para 2016, según el último informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Internacional para Migración (OIM) - dos agencias de la ONU - con la ONG Walk Free Foundation.
De los 50 millones de esclavos modernos, casi 27,6 millones eran personas sometidas a trabajos forzados y 22 millones eran personas casadas contra su voluntad.
Las mujeres y niñas constituyen más de dos tercios de las obligadas a contraer matrimonio y casi cuatro de cada cinco de las que se encuentran en situación de explotación sexual comercial, según el informe. En total, representan el 54% de los casos de esclavitud moderna.
La pandemia, que ha provocado el deterioro de las condiciones de trabajo y el aumento del endeudamiento de los trabajadores, ha fortalecido los resortes de la esclavitud moderna en todas sus formas.
En los últimos años, explica el informe, la multiplicación de las crisis -la pandemia pero también los conflictos armados y el cambio climático- han provocado perturbaciones sin precedentes en el empleo y la educación, el recrudecimiento de la pobreza extrema, la multiplicación de migraciones forzadas y peligrosas, la explosión de casos de la violencia de género. Todo lo cual contribuye a aumentar el riesgo de la esclavitud moderna.
En todo el mundo, casi una de cada 150 personas se considera un esclavo moderno.
Estos datos, que provienen principalmente de encuestas de hogares representativas a nivel nacional, también indican que las situaciones de esclavitud moderna no son transitorias, sino que duran años.
En un comunicado de prensa, el director general de la OIT, Guy Ryder, considera "impactante que la situación de la esclavitud moderna no mejore" y llama a los gobiernos pero también a los sindicatos, las organizaciones de empleadores, la sociedad civil y la gente común a luchar "esta violación fundamental de los derechos humanos".
El informe propone una serie de acciones. Estos incluyen mejorar y hacer cumplir las leyes e inspecciones laborales, poner fin al trabajo forzoso impuesto por el estado, ampliar las protecciones sociales y fortalecer las protecciones legales, incluso elevando la edad legal para contraer matrimonio a los 18 años sin excepción.
En todos los países
Las mujeres y los niños siguen siendo desproporcionadamente vulnerables. Así, casi uno de cada ocho trabajadores forzados es un niño y más de la mitad de ellos son víctimas de explotación sexual comercial.
Los trabajadores migrantes tienen tres veces más probabilidades de ser sometidos a trabajo forzoso que los trabajadores adultos no migrantes.
Antonio Vitorino, director general de la OIM, aboga por que toda migración “sea segura, ordenada y regular”.
“Reducir la vulnerabilidad de los migrantes al trabajo forzoso y la trata de personas depende sobre todo de políticas nacionales y marcos legales que respeten, protejan y cumplan los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los migrantes”, dice- él.
La esclavitud moderna está presente en casi todos los países del mundo. Más de la mitad (52%) de todos los casos de trabajo forzoso y una cuarta parte de todos los matrimonios forzados se dan en países de ingresos medios altos o altos.
Los matrimonios forzados han aumentado en los últimos años, en 6,6 millones desde la estimación mundial de 2016.
El informe también revela que el número de personas en trabajo forzoso aumentó en 2,7 millones entre 2016 y 2021, aumento debido únicamente al trabajo forzoso en la economía privada, tanto en la explotación sexual comercial como en otros sectores.
Asia y el Pacífico albergan a más de la mitad del total de trabajadores forzosos del mundo. El informe destaca en particular que varios organismos de la ONU han expresado su preocupación por el trabajo forzoso en China, incluso en Xinjiang.
En este sentido, el informe destaca que China depositó el 12 de agosto los instrumentos de ratificación de los dos convenios fundamentales de la OIT sobre trabajo forzoso, lo que "da un nuevo impulso a la cooperación con el gobierno y los interlocutores sociales para monitorear estos (y) combatir el trabajo forzoso”.
El Consejo Editorial (con AFP)