
El domingo 21 de mayo, la Ministra Delegada para las Profesiones Sanitarias, Agnès Firmin Le Bodo, expuso el marco de la futura ley de asistencia activa al morir. Revelaciones que lejos de tranquilizar a Erwan Cloarec, presidente de la CNEF, quien recuerda en esta ocasión la posición clara del Consejo Nacional de Evangélicos de Francia.
IC: ¿Le enseñó algo el discurso del ministro? ¿Has descubierto algún elemento nuevo en el próximo cartel?
CE: No nos sorprendió mucho el borrador que se hizo. Las direcciones son bastante consistentes con lo que esperábamos. Cabe señalar, sin embargo, algunos elementos que se introdujeron para tranquilizar, como la cláusula de conciencia que había sido solicitada por la Orden de Médicos, así como la negativa a extender el sistema a menores y personas con enfermedades mentales. Lo cual es bastante satisfactorio.
IC: ¿Lo suficiente como para estar totalmente tranquilo sobre el futuro?
CE: No, seguimos preocupados y algo escépticos, como dijo el CCNE en su dictamen de 2013, sobre la efectividad de las salvaguardas en una ley en la materia. Estas precauciones, estos prejuicios son totalmente ilusorios. Hay que ser lúcido, estos criterios evolucionarán a más o menos largo plazo. Esta ley nos coloca irremediablemente en una pendiente resbaladiza. Abrir la asistencia activa al morir, independientemente de las salvaguardas, es abrir una brecha preocupante. Esto es lo que nos enseña la evolución de la legislación de los países de nuestro entorno, que ha legalizado la eutanasia para enfermos terminales capaces de decidir. En la práctica, los criterios de elegibilidad para la eutanasia se han extendido a los miembros vulnerables de la sociedad ya los menores.
IC: ¿Qué papel pretende jugar la CNEF para los próximos pasos?
CE: Estamos listos para discutir y trabajar con el gobierno y los parlamentarios. El 4 de enero ya nos reunimos con la Ministra y sus asesores para exponer nuestro punto de vista. Le entregamos personalmente nuestro comunicado de prensa "Lo que creemos que es correcto" sobre el tema y apreciamos la calidad de los intercambios que habíamos podido experimentar. El sentimiento de escuchar. Seguimos disponibles durante el resto del proceso y estaremos encantados de responder a otra audiencia.
IC: ¿Una oportunidad adicional para recordar su posición?
CE: En efecto, y para recordar nuestro argumento en torno a dos ejes principales: la cuestión de la antropología, es decir, la concepción del hombre y de la sociedad que queremos defender, y la cuestión de la ética médica, es decir, la concepción del cuidado y la medicina que debemos promover juntos. Sobre el primer punto, queremos recordar que lo que constituye la dignidad de una persona nunca debe estar ligado a sus condiciones de vida ni variar con la pérdida de sus facultades cognitivas o físicas. Por el contrario, el valor de una sociedad debe medirse por su capacidad para proteger y rodear a los más débiles y no para facilitar su desaparición.
Y que en ningún caso se puede ceder a presiones económicas, presiones reales cuando vemos que las mutuas se han posicionado a favor de la asistencia activa al morir. Entonces, recordaremos nuevamente que es peligroso debilitar a los cuidadores poniéndolos en condiciones de participar en un proceso que conduciría a la eutanasia. Las manos que curan no deberían ser también las manos que matan, por eso la cláusula de conciencia es tan importante.
Herveline Urcun