
Según el arzobispo de Bukavu, monseñor François-Xavier Maroy Rusengo, "vuelven a soplar vientos de guerra e inseguridad" en la parte oriental de la República Democrática del Congo. El enviado de la ONU a la RDC, Bintou Keita, hizo la misma observación ante el Consejo de Seguridad el miércoles, advirtiendo contra una conflagración que podría volverse incontrolable en el este del país.
Dans comunicado enviado a la Agencia FidesMonseñor François-Xavier Maroy Rusengo, arzobispo de Bukavu, capital de Kivu del Sur, provincia oriental de la República Democrática del Congo (RDC), escribe que la “situación es grave”. Evoca un "viento de guerra e inseguridad" que vuelve "a soplar" sobre el occidente del país, apuntando a los ataques perpetrados por el grupo armado M23.
De acuerdo aONU, la milicia M23 formada en 2012 está formada por soldados que se amotinaron contra el gobierno congoleño, cometiendo atrocidades y crímenes de guerra. La ofensiva que encabeza actualmente contra las fuerzas gubernamentales sería "la mayor en una década".
Monseñor François-Xavier Maroy Rusengo cree que con estos nuevos ataques “la historia se repite”. Denuncia “un ciclo infernal de violencia, pérdida de vidas humanas, desplazamiento de poblaciones”, en particular en Bunagana, localidad ubicada en el territorio de Rutshuru que está ocupado por las milicias armadas.
“Hacemos especial hincapié en la criticísima situación tras la reciente ocupación de la localidad de Bunagana en el territorio de Rutshuru por parte del grupo armado M23, que retomó los combates en un ciclo infernal de violencia, pérdida de vidas humanas, desplazamiento de poblaciones y destrucción de nuestros tejido económico y social. »
"La Iglesia católica siente dentro de sí y comparte el grito del pueblo congoleño, y quiere con todas sus fuerzas detener el derramamiento de sangre de tantas personas inocentes", prosigue el arzobispo que luego denuncia "la ambigüedad de la comunidad internacional" y la ineficacia de su misión de mantenimiento de la paz (MONUSCO).
Hablando el miércoles 29 de junio ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el enviado de la organización a la República Democrática del Congo, Bintou Keita, también advirtió sobre una escalada de violencia en el oriente del país.
“Si el M23 continúa con sus ataques bien coordinados contra las FARDC y la MONUSCO con capacidades convencionales cada vez mayores, la misión podría enfrentarse a una amenaza que va más allá de sus capacidades actuales”, advirtió la Sra. Keita.
Ella cree que corresponde al Consejo de Seguridad apoyar plenamente los esfuerzos regionales “para calmar las tensiones diplomáticas y de seguridad actuales entre los estados vecinos” y “poner fin al flagelo de los grupos armados”.
“Es imperativo que el Consejo redoble sus esfuerzos a favor de una rápida desescalada de la situación, y el desarme incondicional del M23. »
Por su parte, monseñor Rusengo insta al Estado congoleño a "revisar sus relaciones con la comunidad internacional" que, según él, trata a su país "como un Estado de segunda clase cuya seguridad y desarrollo cuentan poco". También pide la creación de un verdadero ejército.
Camille Westphal Perrier