
La policía judicial, habitualmente silenciosa excepto con motivo del éxito de los casos importantes, hace tiempo que está en los medios de comunicación y expone su descontento al público en general. Se trata de un cambio de estatus que, según los investigadores movilizados, corre el riesgo de sacrificar su especificidad y su independencia en aras de las reformas de seguridad en curso.
A las audiencias nuevas en la complejidad policial les resulta difícil orientarse, tanto los debates sobre violencia durante manifestaciones puso en primer plano la problemas de orden publico como si fueran los únicos en denunciar un problema policial.
Es cierto que la dificultad de acceso a la institución no lo pone fácil, y con mayor razón en sectores donde la transparencia no va necesariamente de la mano de la eficiencia y la necesidad de discreción.
fotos raras
Las imágenes ampliamente difundidas de investigadores de la Policía Judicial levantando un muro de silencio frente a Frédéric Veaux, Director General de la Policía Nacional (DGPN), durante su visita a Marsella, han amplificado aún más el más que naciente descontento en la comunidad policial. y destacó el descontento mostrado por estos "péjistes" ante el proyecto de reforma anunciado por Gérald Darmanin, ministro del Interior.
El proyecto prevé colocar a todos los cuerpos policiales de un departamento bajo la autoridad de un solo Director Departamental de la Policía Nacional (DDPN), dependiente del prefecto. Esto supondría deshacer la organización de los servicios de policía judicial hasta ahora regionalizados y colocarlos bajo un mando único que dirija todas las misiones policiales a nivel departamental (seguridad pública, inteligencia territorial, migración fronteriza y policía judicial).
En las últimas semanas y ante el anuncio de esta reforma, los investigadores de la policía judicial temen dos grandes cambios: el primero relativo a su competencia territorial, el segundo relativo a su jurisdicción de atribución.
PC: habilidades especiales
En cuanto a la jurisdicción territorial, el hecho de estar subordinados a una entidad departamental les haría perder la posibilidad de poder continuar sus investigaciones sobre el conjunto de una región y así poder responder con mayor eficacia a los movimientos de los actores de crimen organizado. . Es además este deseo el que ha llevado a la demanda de una mayor movilidad por parte de los creación de brigadas móviles por Clemenceau.
[Casi 70 lectores confían en el boletín informativo The Conversation para comprender mejor los principales problemas del mundo. suscríbete hoy]En cuanto a la competencia de atribución, la voluntad declarada de esta vinculación corresponde en realidad a una integración en el sistema de seguridad pública que, según artículo L 111-2 del código de seguridad interior pretende extender la vigilancia local por todo el territorio para responder a las expectativas y necesidades de las personas en materia de seguridad. Sin embargo, este apego hace temer a los profesionales de la policía judicial una pérdida pura y simple de su especificidad vinculada a los casos de delincuencia organizada y delincuencia financiera, cuyo impacto desborda el marco estricto del departamento.
Hasta ahora, la arquitectura de la respuesta policial en cuanto al tratamiento judicial de los delitos y faltas se ha basado en dos organizaciones.
Distinciones a veces confundidas por el ciudadano
Dentro de la dirección general de la policía nacional existen dos direcciones encargadas de la lucha contra la delincuencia. La dirección central de la policía judicial, también denominada con la abreviatura de "policía judicial" o más simplemente "PJ", comprende los servicios centrales ubicados en el Ministerio del Interior y Servicios Territoriales para los delitos y faltas más graves (homicidios, atracos, narcotráfico internacional, grandes delitos financieros, etc., hablamos entonces del “top of the spectro” en términos delictivos.
Los policías de la policía judicial tienen una competencia territorial que no se limita a la jurisdicción de un departamento, sino que se extiende a una o más zonas de defensa o partes de ellas, oa todo el territorio nacional.
Por otro lado, la dirección central de seguridad pública, representada por las comisarías y sobre todo conocida por sus intervenciones en el marco de la "asistencia policial", para los delitos y faltas "menos graves", relativas a lo modestamente descrita como violencia cotidiana.
Esta distinción no siempre es percibida en su realidad por el ciudadano lego en vista de las complejas estructuras de la policía nacional.
Es necesario, entonces, sondear las prácticas profesionales y los saberes específicos para considerar la distancia entre las dos profesiones, porque en realidad son dos profesiones aunque puedan ser agrupadas bajo el nombre genérico de investigación. El tiempo necesario para resolver un caso de delincuencia organizada, las técnicas y medios empleados, la multiplicidad de investigaciones y controles cruzados, la complejidad procesal no pueden compararse con el tratamiento más breve y sencillo reservado a asuntos de menor trascendencia.
¿Una reforma para subsanar las carencias?
Esta reforma también es percibida por los péjistes como una solución a venir a compensar las fallas de la investigación en seguridad pública, donde el número de expedientes acentúa una insuficiencia de los resultados frente a las expectativas de la población. En este mismo punto, el tecnicismo y el saber hacer de la PJ servirían para elevar el nivel de las diligencias realizadas por la seguridad pública, cuya menor calidad procesal suele ser denunciada por los magistrados. Sobre estos dos puntos, véase el esclarecedor estudio del abogado penalista Olivier Cahn en su "Crónica policial".
Se trata entonces de una reforma cuyo objetivo no reconocido sería subsanar las supuestas carencias de seguridad pública con la esperanza de aumentar los resultados en la lucha contra la delincuencia. ¿O cómo se manifiesta la voluntad de reducir el funcionamiento en silos de la policía nacional, presentada como un obstáculo para una complementariedad más efectiva de los servicios?
La división del trabajo en la policía siempre ha existido precisamente por la diversificación de misiones que le cae a él. Por tanto, es difícil pensar en un "cajón de sastre" que aúne investigación, inteligencia, orden público, seguridad cotidiana... Sobre todo porque ya existen unas determinadas estructuras de intercambio dentro de los servicios para facilitar determinadas operaciones policiales, a raíz de la ejemplo de lo que hay en la lucha contra el narcotráfico.
La creación de una nueva organización departamental que reúna todas estas especialidades y orientaciones policiales bajo la dirección de un solo director, probablemente de seguridad pública, también podría representar un problema.
En esta nueva configuración, los investigadores de la policía judicial, tradicionalmente cercanos a las fiscalías aunque no estén estructuralmente adscritos a ellas, temen tener como primer interlocutor únicamente al titular directo de la Dirección Departamental de la Policía Nacional (DDPN), en este caso el prefecto.
Un sentimiento difuso de la desaparición del PJ
El riesgo de injerencia del ejecutivo en la conducción de determinadas investigaciones, particularmente financieras, y la priorización de lo local y lo inmediato en detrimento de casos más extensos en el tiempo y en el espacio, hacen temer a los investigadores de la PJ la pérdida de su especificidad y en el largo plazo de su existencia. De ahí el sentimiento difuso de la desaparición de la policía judicial.
Se corre entonces el riesgo de un recrudecimiento de la tensión entre compañeros del PJ y compañeros de Seguridad Pública, cada uno reclamando sus prerrogativas y su utilidad, en contra de la asociación complementaria que deben mantener estas dos entidades en el marco de una respuesta judicial efectiva. adaptado a las diferentes necesidades del campo.
Curiosa inversión de la situación que ve amenazada a la policía judicial en sus fundamentos, cuando originalmente "esta policía de delitos y faltas parece dramáticamente insuficiente..." para usar las palabras del historiador Jean-Marc Berlière.
Las oficinas centrales de la policía judicial que no se ven afectadas hasta la fecha por esta reforma, así como sus compañeros de la PJ parisina del "36" dieron su apoyo a laAsociación Nacional de Policía Judicial, creada en esta ocasión para la defensa de su profesión y de su imagen por los investigadores de la PJ de provincia, primera interesada.
En definitiva, cabe preguntarse cuál es el propósito de esta reforma. ¿No se trataría de aglutinar todo el servicio de investigación con, en un principio, una división interna entre delincuencia común (seguridad pública) y delincuencia grave y organizada (policía judicial) para lograr una fusión ?pura y simple? Esta organización permitiría entonces integrar, en cierto modo, a la policía judicial en la seguridad pública, como la extinta inteligencia general que pasó a ser inteligencia territorial dentro de la seguridad pública, confirmando así la voluntad de eliminar los silos considerados demasiado numerosos en la organización. de la policia
De ser así, ¿no se corre el riesgo de que se descuiden las investigaciones de la delincuencia grave en favor de la delincuencia común, dejando el campo abierto a las grandes organizaciones criminales, eso es ante todo lo que temen los sabuesos de la PJ?
Jean-Michel Schlosser, Doctora en sociología, investigadora asociada del CEREP y CESDIP, Université de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines (UVSQ) - Université Paris-Saclay
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