
Magali es la directora del Service d'Entraide Protestante (SEP), una asociación que apoya a las personas más vulnerables de La Grand Combe, en el Gard.
"El verdadero director de la SEP no soy yo, es Dios", se ríe Magali, al presentar la Servicio de Ayuda Mutua Protestante, que ella fundó y dirige desde hace más de 35 años en La Grand Combe, en el Gard.
"Es un antiguo pueblo minero en el sur de Francia, en las Cévennes. Era un pueblo grande que se empobreció enormemente después del cierre de las minas a fines de la década de 70".
Desde entonces, el pueblo se ha vaciado de sus habitantes. Queda en La Grand Combe una población que envejece, y otra muy frágil y precaria, a menudo a causa de la inmigración. Fue en este contexto que Magali, entonces trabajadora social, llegó a la pequeña ciudad de Cévennes en 1987, a petición del pastor de la Iglesia local.
Saliendo de los muros de la Iglesia
“En ese momento, la Iglesia buscaba abrirse a los demás, dar testimonio en la ciudad”, recuerda Magali.
“Los miembros habían sido desafiados en particular por la cantidad de jóvenes errantes. Entonces querían salir de sus muros, lanzar una acción social para que nuestra fe se desborde en la ciudad”.
Así que la joven trabajadora social, que soñaba con compaginar su fe con su profesión, se volcó en cuerpo y alma en este proyecto. Muy rápidamente, el municipio le prestó una habitación, para abrir lo que llaman el Point Rencontre Jeunes.
“Estaba lleno de carbón (risas). Era un espacio donde recibíamos a los jóvenes para charlar, hacer los deberes, tomar algo… Muy rápido, nos estructuramos, creamos el Service d'Entraide Protestante (SEP). "
Un lugar de testimonio
Treinta y cinco años después, la SEP sigue ahí. Gracias a sus equipos de empleados y voluntarios, apoya a las personas más vulnerables y desfavorecidas, a través de cuatro sectores de actividad: medio ambiente, integración, infancia y familia y finalmente alojamiento, con sus 15 plazas de alojamiento de emergencia y sus 24 plazas en pensiones. Un orgullo para Magali, que recuerda de paso la importancia de su fe en su vida cotidiana.
“Es ella quien me carga, y quien también carga a algunos de los empleados de la SEP”.
Una fe de la que Magali quiere dar testimonio a través de su obra.
“Lo que hacemos con las frágiles personas de nuestra ciudad, creemos que es un verdadero testimonio del Evangelio. No somos un lugar de evangelización, sino un lugar de testimonio concreto. Porque la Iglesia nunca hubiera tenido acceso a ciertas poblaciones sin la SEP, quedando entre sus muros”.
"Herramientas al servicio de Dios"
Un testimonio que da fruto. Como este grupo de residentes de la Pension de famille, que se han convertido y que ahora están comprometidos con la Iglesia de La Grand Combe.
“Hoy son un verdadero testimonio para nuestros beneficiarios, pero también para nuestros equipos”, se regocija Magali.
“Es el tipo de momentos que nos recuerdan que somos solo herramientas al servicio de Dios. Y que nos animan a ser cada vez más benevolentes con todas las personas que encontramos. Niños, adultos, jóvenes... Pocos sea cual sea su situación, que podemos darles tantas ventajas como sea posible".
Theo Lombardo